Catalina Vásquez, animadora e ilustradora colombiana, se incorpora a la agencia y estamos muy contentos de llevar en nuestro catálogo su trabajo de colores vibrantes.
Hace unos días Catalina se subió a una avioneta con destino a la isla Providencia a disfrutar de unas merecidas vacaciones. Miraba por la ventana absorta en el paisaje y feliz por no tener que pensar en el trabajo y en la rutina acelerada que a veces nos impone el día a día. Pero a los pocos minutos de despegar hubo una pequeña explosión y la hélice izquierda se detuvo. En esos momentos éramos 19 pasajeros que no nos conocíamos, pero aún así nos unimos al sentir profunda compasión mutua, entre miradas, unos cuantos tragos para los nervios y el silencio al escuchar al piloto decir que había un problema y teníamos que volver. Nunca en mi vida deseé tanto vivir.
Afortunadamente todo quedó en un susto y hoy os podemos presentar el trabajo de esta mujer tan llena de talento.
En lugar de preguntarte cómo llegaste a la ilustración, en tu caso fue la historia de un abandono.
En cierta forma sí. Porque, aunque desde pequeña me gustaban mucho los colores y las formas y en el colegio me gradué en el área artística, cuando ya estaba terminando sentí un temor muy grande; incertidumbre ante el futuro y a qué hacer con mi vida. Me llamaba mucho la atención la carrera de arte. Siempre había querido ser una artista, pero al mismo tiempo pensaba “de qué voy a vivir si estudio eso”. Entonces encontré una carrera a la que yo le debo todo lo que soy: Comunicación Audiovisual. Fue la mejor decisión que pude haber tomado porque ahí conocí el cine.
Y en ese mundo el reconocimiento te llegó muy pronto.
En un ejercicio de clase en la asignatura de Documental nos pidieron hacer una historia de la familia. Entonces elegí hacer una sobre mi papá. La sorpresa fue que ese documental, “Reciclando recuerdos”, ganó el Premio Indio Catalina al mejor nuevo creador en el Cartagena Film Festival de 2011. Solo tenía 18 años. No me creía que una historia tan íntima, familiar, terminara siendo reconocida. Entonces me di cuenta de que quería contar ese tipo de historias: las de la cotidianidad, las historias que atraviesan mi vida, mi familia… en general, puedo decir que todo mi trabajo es autobiográfico.
Pero echabas de menos el dibujo.
Sí. En un punto de mi carrera yo sentía que me faltaba algo y recordaba los días en que dibujaba y pintaba. Sentía un vacío. Así que retomé el dibujo haciendo cómics. Las historietas contaban lo que me pasaba en el día, lo que sentía, lo que hablaba con mi mamá… y las empecé a colgar en Facebook. Empecé a recibir mucha retroalimentación. Entonces me dije: aquí hay algo, tengo que seguir explorando esto. Y con un amigo escritor, José Andrés Gómez, decidimos trabajar en un proyecto juntos. De ahí salió mi primer libro: “Manual para cazar una idea” con el que aprendí que hay una nueva manera de contar.
Y de la unión de lo audiovisual y la ilustración es cuando llegas a la animación.
Sí, en ella se unen las dos cosas que me gustan: contar historias y la ilustración. Para mi la animación es un medio de expresión diferente en el que representar la realidad y mis sentimientos. Con algunos amigos de la universidad, fundé un estudio de animación llamado DODO, donde escribimos y producimos nuestras propias películas animadas.
Además del cómic y la animación, Catalina trabaja en ilustración editorial, prensa y revistas; incluso diseña los patrones textiles para su propia marca de ropa, Friki.
Me gusta el hecho de ser multidisciplinar y el enfoque holístico del diseño, el arte y la comunicación. Me veo a mi misma como una narradora. todo lo demás son medios en los que expresarme. Lo que me interesa es descubrirme y descubrir a los demás el simbolismo detrás de cualquier imagen.
Catalina ha ilustrado proyectos para marcas como Pepsi, Snapchat, Procter & Gamble, y organizaciones como Amnistía Internacional o el Museo de Arte Moderno de Medellín.
¿Cómo definirías tu estilo y cuál es tu proceso de trabajo?
Colorista. El color es algo que le interesa especialmente; la forma en que cada tono logra trasmitir emociones y cómo la suma de ellos crea atmósferas. También la composición es algo a lo que doy mucha importancia y cuido.
Antes de comenzar a trabajar, trato de investigar mucho. Eso me ayuda a comprender mejor la idea global y lo que estoy buscando. Cuando invierto ese tiempo previo, luego trabajo más rápido porque ya tengo en mente lo que quiero.
¿Qué herramientas de trabajo utilizas?
Un portátil, un iPad pro, cuaderno y bolígrafo e internet. En cuanto a aplicaciones o sofware trabajo con Procreate y Adobe CC.
Precisamente hace unas semanas acabo de sacar en Doméstika un curso donde enseño a animar las ilustraciones; cómo yo lo trabajo combinando la expresividad que permite el dibujo a mano realizado en Photoshop y Procreate con el aspecto cinematográfico de After Effects.
¿Cómo es tu espacio de trabajo?
Vivo en Santa Elena, a media hora de Medellín, en una casa de madera rodeada de naturaleza. Allí tengo el estudio con mi biblioteca y un escritorio espacioso de cara a unos grandes ventanales. Me encanta cómo la luz natural ilumina el lugar.
Pero normalmente a lo largo del año viajo mucho, así que tengo todo preparado para poder trabajar en un avión, en un café o en mi sala de estar. Me gusta tener ese tipo de flexibilidad.
¿Cómo es tu rutina diaria?
Me levanto temprano, leo los correos todavía en la cama, me estiro y desayuno. Luego voy al estudio y empiezo a trabajar. Mientras lo hago tengo cerradas las redes sociales pues prefiero mantenerme concentrada en lo que estoy haciendo en este momento.
He notado que soy más productiva durante el día. Prefiero terminar los proyectos más grandes antes de las 4:00 p.m.
¿Qué tipo de música escuchas cuando estás trabajando?
Depende de mi estado de ánimo… varía mucho. Pero por lo general escucho shoegaze, dream pop, electrónica, reggaeton de la vieja escuela. También me gustan los podcasts. Hay un que me encanta llamada Radio Ambulante sobre historias de personas latinoamericanas en todo el mundo.
¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?
Cada cosa tiene su momento y cada momento su oportunidad.
Pues vamos a ver qué oportunidades nos trae este momento que comenzamos. Bienvenida, Catalina.
